CONCERTO ELEGIACO
Este Concierto para Bombardino y Banda surge como encargo del prestigioso solista de bombardino y profesor de la Banda Municipal de Bilbao, Juanjo Munera.
La idea original de la partitura constituye un homenaje a tres compositores que han marcado mi vida musical y personal. Por una parte Amando Blanquer (Alcoy, 1935- Valencia, 2005) y Carlos Palacio (Alcoy, 1911- París, 1997), quienes fueron mis amigos y mis maestros en la cortidianeidad y en el trabajo. Y por otra, Leonard Bernstein (1918- 1990), a quien no conocí, pero cuyas partituras sembraron mi modesto interés por la creación y alimentaron mi alma. Cada movimiento del concierto está fundamentado en ideas musicales de estos tres maestros y, en toda la obra, confluirán de forma coral como resuenan en mi memoria vital. En 1988, el maestro Blanquer escribía: “En mi música hablo igual como artesano, como artista y como hombre”. Esta filosofía de vida marca los nombres de los tres movimientos de la obra, asignando cada uno de ellos a uno de los tres compositores citados.
1. L’artigiano
Sin duda Amando Blanquer fue un artesano de la música, pues hizo de su inconmensurables dotes técnicas, una herramienta eficaz al servivio del arte. La idea musical de este movimiento surge de elementos motívicos de la marcha mora Abencerrajes. Tarde de Abril escrita por Blanquer en 1957 y que forma parte de la historia del repertorio bandístico de aquellos años. La música de Blanquer trasluce entre su depurado oficio una humanidad desbordante. En esta marcha mora combinó todo su compromiso estético con la tradición más pura que heredó de su tierra natal.
2. L’artista
Sin llegar nunca a conocerlo personalmente, Leonard Bernstein y su música marcó mis años de estudio y de evolución como músico. Su faceta de director, compositor y pedagogo lo convierten en todo un referente musical del siglo XX. En el año de su centenario (2018) quería rendirle mi humilde y sentido homenaje parafraseando su Olympic Hymn escrito para el Congreso Internacional Olimpico de Baden-Baden. La inspiración de una mente privilegiada con una sensibilidad contagiosa, hace de Bernstein todo un estimulo de trabajo.
3. L’uomo
Una día, Amando Blanquer me dijo: “Carlos Palacio es el hombre que todos anhelamos ser, pero no somos valientes para serlo”. Conocer a Palacio fue una influencia vital enorme. Su compromiso con el hombre y sus circunstancias, hizo de él la auténtica imagen del artista comprometido. En sus memorias escribía: “No tengo más que una conciencia en la que se funden el compositor y el hombre”. Una de sus obras más internacionales fue la canción Las compañías de acero, cuyo arreglo sonó en distintas emisoras europeas y soviéticas. Este tema aparece combinado con uno de los sonetos de Llanto de muerte por María Luisa (1987), la insigne obra coral de Palacio, con versos de su buen amigo el poeta Adrián Miró (quien fuera también biógrafo de Amando Blanquer). La lucha y el dolor por la ausencia de alguien querido es el testimonio de esta música.
En el transcurso de la composición de esta obra, y unas semanas antes de su estreno, nos dejó mi padre tras una larga y triste enfermedad. Mi padre empezó como músico con el bombardino y él fue quien me enseñó mis primeras lecciones de solfeo. Quiero testimoniar con esta partitura mi amor y fidelidad a su memoria.
José R. Pascual-Vilaplana
4 de marzo de 2018
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